En lo que concierne a construcción común, el ladrillo perforado es quizás la alternativa más vista por cualquiera de nosotros, utilizándose por ejemplo para poder idear muros. Su nombre se lo debe justamente a su principal característica, siendo común que los ladrillos perforados cuenten con perforaciones en las caras de mayor superficie. Una regla para que un ladrillo pueda considerarse como perforado es que justamente los orificios que presente equivalgan por lo mínimo a un 10% del volumen total del ladrillo en sí.
Las perforaciones propias de los ladrillos no son tan solo un mero pretexto de imagen, ayudando a que este mismo pueda tener una mejor adhesión del mortero con la pieza cerámica en sí. En cualquier establecimiento que se jacte de vender materiales para construcción va a abundar la presencia de los ladrillos perforados, razón por la cual no es complicado poder hacerse con su uso, del mismo modo también resultan una alternativa económica.
Vale indicar que no todos los ladrillos perforados son similares, estando los que cuentan con huecos en toda la superficie de los ladrillos como también los que tienen solo tres orificios centrales.