Uno de los inventos más útiles, el taladro tiene muchas formas y variaciones que se aplican a diferentes usos: los hay manuales, industriales, eléctricos, de columna, pequeños, etc. El taladro, para muchos, solo se asocia con el taladro eléctrico moderno; pero, en realidad, esta herramienta tiene una historia que se remonta mucho tiempo atrás, a mediados del siglo 19.
Las primeras versiones del taladro están asociadas a las compañías Smith & Coventry y Sharp, Stewart & Co., que eran dos compañías inglesas fabricantes de piezas para locomotoras. El tipo de taladro creado era de columna, lo cual no era muy eficaz a la hora de taladrar piezas grandes. Para este problema se creó el taladro radial en 1851, que permitía perforar la pieza en cualquier punto. Otro gran cambio en la historia de esta herramienta surge con la invención de la broca helicoidal, que mejora la forma de hacer agujeros cilíndricos.
A medida que se requieren trabajos más específicos, el taladro de fábrica se traslada a otros contextos por lo cual se hace necesario idear otras formas de funcionamiento energético. Se crean taladros portátiles que funcionan con electricidad – batería o cable- , manualmente, con aire comprimido o con un sistema de combustión interna. Uno de los taladros más populares es el electrónico con forma de pistola que se utiliza mayormente en operaciones domesticas. El taladro martillo, también popular, se utiliza para perforar superficies con un clavo y es de funcionamiento electrónico. Por otro lado, hay muchos taladros que se utilizan en la albañilería que no son eléctricos como el taladro persa, barrenas de mano, taladro de Arco, etc. En la categoría industrial, existen taladradoras cuyo mecanismo es similar a las primeras taladradoras del siglo 19; también hay taladradoras modernas que son electrónicas y tiene un sistema numérico programable lo cual las hace mas eficaces y precisas.