Los baños diseñados para discapacitados son espacios en donde la gente con problemas de movimiento puede valerse por sí misma, sin la necesidad de acudir ayuda o trato especial, en función de una mayor independencia en sus acciones. Existen leyes y estándares de construcción que permiten un diseño que sea de máxima comodidad y eficiencia para las personas con problemas físicos.
En primer lugar, se debe respetar un área lo suficientemente grande para permitir que una silla de ruedas pueda moverse libremente sin chocarse con objetos. El piso debe ser de un material antideslizante que evite posibles caídas. Si es que ocurre una caída, la puerta debe estar diseñada para abrirse hacia afuera y no hacia adentro, ya que el cuerpo de la persona puede bloquearla. Deberá haber también unas barras de apoyo capaces de soportar el peso de la persona. La barra horizontal debe estar situada a 85 o 90 cm de altura, mientras que la barra horizontal debe tener una longitud de 140 cm.
Los inodoros deben tener una medida estándar. Por ejemplo, la ley Americana establece que las medidas del inodoro deben estar entre 43 y 48 cm. Además, el lavamanos debe estar a una altura de 80 cm. aproximadamente y sin una base de pedestal que impida que la silla de ruedas ingrese con facilidad. La jabonera y el toallero deben estar situados a una altura considerable que permita a la persona alcanzarlos con facilidad. El espejo debe estar inclinado en 10° con respecto a la pared, de modo que la persona pueda verse con facilidad. La zona de higiene puede ser una ducha o una bañera, aunque esta última es de más difícil uso. La ducha tiene que tener un asiento permanente y una ducha teléfono.