Seguro en algún momento has oído hablar de las duchas escocesas, la cual se caracteriza primordialmente por brindar secuencialmente chorros de agua caliente y fría. Para los acostumbrados a los baños con duchas comunes puede terminar resultando una idea fuera de lo común pero hay que tener que su finalidad va mucho más destinada al cuidado de la salud, enviando cada chorro de agua a una parte específica del cuerpo que se verá beneficiada con ello.
Generalmente el agua caliente está destinada a la parte alta del cuerpo, donde suelen presentarse mayores problemas de dolor muscular, mientras que el agua fría para las piernas y así ayudar a relajarlas luego de un día de amplias caminatas que quizás terminen creando inflamaciones.
Aparte de ello se debe notar que ambas temperaturas de agua tienen sus puntos a favor, siendo la primera la que ayuda a la transpiración y dilatación de vasos sanguíneos, ayudando al buen fluir de la sangre; en cambio el agua fría reducen inflamaciones y también mayor afluencia de sangre pero a los órganos internos.