Es común poder apreciar que las puertas suelen adaptarse de buen modo al tipo de habitación en la cual se terminen instalando, siendo así que no resulta lo mismo poder hablar de la puerta que da al cuarto de un adolescente a otra que da más bien a la cocina. Nos toca más bien poder centrarnos en este último aspecto, viendo así las características que suelen poseer las puertas para cocina.
Las puertas para cocina por lo general no deberían distanciarse de las demás, siendo aquí donde lo que más llama la atención es la posibilidad de que sean ligeras y puedan abrirse en ambos sentidos sin la necesidad de haber una manija de por medio, lo cual es de gran ayuda en el momento de querer salir o entrar a la cocina con las manos ocupadas. Un ejemplo de lo necesario que resulta esto es el llevar una fuente de comida en la mano y la falta de facilidad para abrir una puerta, prefiriendo en el caso empujarla para poder pasar.
En cuanto a imagen, no existe un patrón específico, siendo más bien el color blanco uno de los favoritos al respecto. La madera también se impone como el material favorito y en algunos casos se suele realizar un trabajo en vidrio para decorar.