Bien se suele decir que la vida cambia cuando uno pasa a casarse, algo sumamente cierto debido a los cambios que se producen en el estilo de vida que se va a manejar. Uno de los ejemplos más claros al respecto tiene relación con el cuarto matrimonial, tanto para el hombre y la mujer éste resultará distinto al que manejaban durante su vida como solteros, teniendo que acomodar algunos cuantos detalles que pasaremos a conocer a continuación.
Antes que cualquier otro aspecto en un cuarto matrimonial debe predominar el espacio, tengamos en cuenta que son dos personas las que van a compartir la habitación. Un punto importante es la cama que se va a utilizar, la cual debe tener un amplio espacio para que la pareja no encuentre problemas en medio de la noche. Asimismo a viendo a cada lado de los laterales en que estos se ubiquen sería bueno que cuenten con roperos y muebles de noche que contengan los objetos y ropa que utilizarán durante el día para un rápido acceso a ellos. En cuanto a la decoración, se recomienda las tonalidades neutras, una manera simple para evitar posiciones imperantes en cuanto a estética femenina o varonil, aparte de ello se recomienda una imagen sencilla y poco cargada para brindar mayor tranquilidad luego de lo que pudo haber sido un día agitado de trabajo.