Lógicamente las cocinas solares requieren de su exposición hacia el sol, razón por las que generalmente se suelen utilizar en espacios abiertos donde puedan ser aprovechadas. Es común poder encontrar una caja con reflectores que será la encargada de poder recibir y concentrar la energía solar y así mantener caliente su interior. Las altas temperaturas que se van a presentar serán las encargadas de poder realizar tareas tan comunes como el hervir agua o freír o cocer un trozo de carne. Tampoco hay que considerarlos como peligrosos para la salud, ya que su buen uso no tendría por qué causar quemaduras o accidentes para sus usuarios.
Notoriamente su uso se lleva a cabo con mayor popularidad durante el verano o en días despejados, siendo de esta manera uno modo mediante el cual no gastar demasiada corriente eléctrica o gas.