En la historia existieron ciudades que destacaron por los elementos que las componían y que les daban una particularidad y las diferenciaba de las demás. Muchos movimientos urbanísticos se fueron creando con fines estéticos y en este post hablaremos de las ciudades jardín.
El fundador de este movimiento urbanístico llamado ciudades jardín fue Sir Ebenezer Howard cuyos conceptos sociológicos y urbanísticos se contienen en el libro titulado “Ciudades Jardín del mañana” cuya versión final se dio a conocer en 1902.
Básicamente una ciudad jardín es una zona urbana especialmente diseñada para una vida saludable y de trabajo. El tamaño juega un rol importante pues debe ser el adecuado para que florezca una vida social a plenitud, sin embargo no debe ser muy grande y su crecimiento estará regulado de acuerdo al límite de la población. También estará rodeada por un cinturón vegetal y comunidades rurales en proporción de 3 a 1 respecto a la superficie urbanizada.
El suelo será de propiedad pública o deberá ser poseído de forma asociada por la comunidad con la finalidad de evitar la especulación con terrenos. La Garden City Association incentivó la fundación de la primera ciudad jardín en Letchworth a 55 km al norte de Londres en un terreno de “1850 ha” ideal para una población de 33 habitantes.
En 1919 se inició otro proyecto de ciudad jardín para Welwyn Garden City, una ciudad cercana a otra con el nombre de Welwyn ubicada al norte de Londres; para 1970 su población alcanzaba los 45 000 habitantes. La idea de “ciudades jardín” en América Latina tendrían diversas repercusiones que señalan otras de las líneas de transferencia de ideas y experiencias europeas, lo que no se descarta de ninguna manera ante los problemas ambientales que experimenta el planeta y que para los cuales esto puede representar una alternativa más que saludable.