Las puertas metálicas pueden llegar a ser consideradas como una alternativa mucho más segura en comparación a lo que llega a ser las puertas comunes de madera, llegando también a instalarse como una segunda puerta tras la común como para poder ejercer un doble reforzamiento que evite la posibilidad de verse afectado por actos vandálicos o introducción de personas no deseadas en el hogar.
El gran problema con las puertas metálicas es que debido a su completa rigidez no llegan a ser tan vistosas como una de madera, y si bien existen diversos detalles que las pueden volver mucho más vistosas, tengamos en cuenta que ya sea por su tono o calidad de material frío llegan a destacar ante todo. Las puertas de metal no suelen ser completamente tapadas, más bien pueden ser caracterizadas por ser una estructura que llega a manejar un patrón gráfico dentro de los límites que conforman a la puerta en sí. Por ejemplo, para no verse en demasía rígidos los edificios de hoy en día suelen usar puertas y rejas de metal para dejar ver parte del interior.