Los colores complementarios son aquellos colores del espectro visible y no espectrales que se encuentran en lugares opuestos dentro del círculo cromático. Los colores complementarios se forman mezclando un color primario con el secundario opuesto en el triángulo del color; es decir, el complementario de un color primario siempre será un color secundario, y a la inversa.
Según la teoría del color, dos colores son denominados complementarios si, al ser mezclados en una proporción dada el resultado de la mezcla es un color neutral (gris, blanco, o negro).
Color complementario es aquel que produce el mayor contraste de tono con respecto a otro color.
Su manejo es indispensable para lograr magníficos contrastes, hermosos matices y oscurecer los tonos de manera apropiada. Sirven para resaltar áreas de interés y llamado de atención por la generación de contraste. El uso de los colores complementarios uno al lado del otro, generan armonía, vibración, drama, y movimiento pues se intensifican entre sí. No obstante para que no se cree una sensación caótica y desagradable a la vista, uno de los dos colores debe predominar sobre el otro o bien ocupando un área mayor o reduciendo la saturación o luminosidad del otro color.
Los principales colores complementarios son:
• Amarillo – Violeta
• Azul – Naranja
• Rojo – Verde