Los cercos eléctricos son dispositivos de sistemas de autoprotección de acción automática, las cuales tienen como objetivo frustrar acciones delictivas en una casa, negocio u oficina pues impiden el escalamiento de paredes. De esta manera, las cercas ahorran la contratación de personal de vigilancia.
Las cercas electrificadas brindan protección y seguridad perimetral con sistemas generadores de alto voltaje de muy corta duración e intensidad y generalmente cuentan con alarmas antirrobos o sistema de iluminación. Las cercas tienen forma de un tendido de hilos sostenidos por soportes e instalados a no menos de 2 metros de altura sobre rejas, muros y vallas.
El funcionamiento de los cercos eléctricos es sencillo. El energizador alimenta los alambres mediante un circuito eléctrico el cual si es tocado proporciona una descarga y se activa la sirena.
Las cercas electrificadas funcionan las 24 horas del día, los 365 días del año. El consumo eléctrico de una cerca es equivalente a un foco de 6 watts.